Translate

lunes, 14 de marzo de 2016

La Casa Dreyfuss

"Quizá les haya pasado alguna vez en la vida —como me ha pasado a mí— que llegamos a un punto en el que sencillamente dejamos de creer en todo y empezamos a no creer en nada."

Una frase... una idea... un sentimiento. Así comienza la primera novela de Erasmo Cachay y a mi con esta frase ya me dijo mucho. Me produjo esa sensación de que algo grande se avecina. La primera impresión fue muy buena supongo que porque yo también, como tantos otros, he pasado por una fase parecida en mi vida. 

"La Casa Dreyfuss" irradia mucho de primera novela. Denota la ilusión de una primera escritura y de todo el cariño con el que compones tu primer libro. Cuando esta obra llegó a mis manos me produjo bastante curiosidad. Sobre todo cuando leí esta primera página, que como ya digo a mi juicio se ganó, una inmersión posterior en su lectura. El libro no me ha defraudado. Engancha bastante y tiene una trama rápida y entretenida. No se hace nada largo y te va adentrando en el misterio de esa casa encantada desde el comienzo hasta el desenlace final. En algunos momentos me dio la sensación de ser previsible, pero esta sensación se corregía cuando al avanzar en el argumento veía que mis ideas no eran acertadas lo más mínimo. 

Una casa, una familia, un misterio, un hombre roto obligado a vivir su propia existencia cuya única forma de componerse la encuentra en la reconstrucción de este rompecabezas. 

"Eduardo Sánchez es un joven ejecutivo peruano que trabaja en la mayor empresa de su país. Pese a su éxito, siente un gran vacío interior.

Sin embargo, una noche su familia le cuenta un antiguo relato fantástico que no deja de perturbar al joven Eduardo. Su curiosidad le llevará a investigar el pasado de la misteriosa estirpe de los Dreyfuss. Ve así la oportunidad de su vida: llevar a cabo una misión y el alumbramiento de la verdad. Una verdad que ha permanecido oculta durante años y conocida como el secreto de la Casa Dreyfuss.


En "La casa Dreyfuss" encontramos los ingredientes más atractivos para una novela exitosa: una narración trepidante, construida con frases cortas, abundantes diálogos, una buena dosis de intriga, persecución policial, detectivismo y corrupciones empresariales. Te dejará sin aliento."


Un libro frescoentretenido recomendable para pasar un buen rato y descubrir junto con este joven peruano, Eduardo Sánchez, qué secreto oculta esta singular casa y esta peculiar familia.


PUNTUACIÓN:  

Volver a Canfranc

Con este libro me pasó lo contrario de lo que me suele pasar normalmente. Comencé el libro recomendado por mi prima, cuya visita a Canfranc le había impresionado tanto, que quiso leer un libro dedicado a esta joya histórica ferroviaria (muchas gracias Cris ;) )

El principio prometía. Una historia basada en hechos reales sobre cómo una cuadrilla de gente, aparentemente sin nada en común, se unen con un único propósito: salvar cuantos judíos puedan de una muerte segura en la época de la Segunda Guerra Mundial, a manos del ya archiconocido régimen de Hitler.

El comienzo del libro se me hizo un poco lento y me pareció que muchas partes de la historia se podían contar en muchas menos páginas. Me resultó algo sosegado en la narración del quehacer diario de esa población de Canfranc y de su pueblo y bastante calmoso para llegar finalmente a conocer a los personajes protagonistas de tan singular trama.

Pero como a mitad de libro, todo cambia. La novela comienza a engancharme y tardo poco o nada en llegar a finiquitarme las 200 páginas finales. Me atrapa la historia de esta magnifica terminal del valle de los Arañones y me sorprende sobremanera la otra cara de una guerra, tan conocida, en un país "teóricamente" neutral. Una trama emotiva, con acción, amor (sin moñerías), valentía, injusticia, incertidumbre, miedo y sobre todo y por encima de todo AMISTAD.

Lo más curioso de todo esto, y que me perdonen los aragoneses, es que no había oído hablar en mi vida de la estación de tren de Canfranc, que comunicaba tan eficientemente España con Francia no hace tanto tiempo, y ahora tras esta experiencia narrada por Rosario Raro, no podré jamás olvidarme de ella.


Cristina Jiménez Izquierdo
foto cedida por Cristina Jiménez Izquierdo
Este libro ha conseguido, no sólo arrancarme más de una lágrima y despertar esa conciencia dormida que a veces necesita recordar los cataclismos que el hombre en su egoísmo es capaz de originar, sino hacer que conozca un poco más de mi propio país, del que está claro que cuanto más aprendo, más me doy cuenta de lo mucho que me falta por conocer

Con esta novela de Rosario Raro he revivido esa sensación, salvando las distancias, que ya en su día me transmitió el libro de "Por quién doblan las campanas", acerca de cuán importantes pueden ser  las personas de a pie en el transcurso de una guerra. Y de cómo hay una vida paralela de pueblos enteros que sufren esas guerras incluso más que la milicia, sin batallarlas en el frente. 

Tras leer este libro he encontrado navegando por internet, que es posible que se reabra esta estación algún día. Sólo deseo que finalmente se consiga, porque una joya como ésta, no sólo arquitectónica sino en una visión mucho más importante histórica, no debería estar condenada al olvido.

Como tarea pendiente me queda por supuesto, ir a visitar esta terminar del valle de los Arañones y conocer esa habitación bisiesta del Hotel Continental, que tantas y tantas vidas habrá salvado, mientras otras (no menos importantes ni menospreciables) se quedaban en el camino.


PUNTUACIÓN: