Si hay una colección de libros que me enganchó en mi juventud fue la de los hermanos "Hollister", escrita por el estadounidense Andrew E. Svenson (1910-1975) bajo el seudónimo de Jerry West.
Durante mi verano de octavo de EGB, antes de mi paso al instituto, comencé a leer alguno de los libros de "Los Hollister" que regalaron a mis hermanos por sus cumpleaños y ya me volví adicta a sus aventuras. Me leí los 33 libros, la mayoría de ellos prestados por la biblioteca de mi barrio, con una celeridad pasmosa, acompañada por el sonido de la radio de mi piscina y totalmente obnubilada por todo cuanto les pasaba a esos cinco hermanos.
Pete de doce años, que era quien narraba las peripecias de la familia, Pam de diez, el travieso Ricky de ocho, la poco femenina Holly de seis y la pequeña Sue, de tan solo cuatro años de edad. Éstos 5 hermanos y sus mascotas pasaban las vacaciones junto con sus padres de aventura en aventura y de misterio en misterio, tratando de resolver los enigmas más curiosos.
Fue una serie de libros que me gustó muchísimo. Me imaginaba a mí misma en compañía de mis hermanos y primos, viviendo esas mismas aventuras y pasando por esas vacaciones de ensueño de la familia Hollister.

Puede ser el hecho de que el autor se basó en su propia familia para crear los personajes y narraba sus verdaderas vacaciones, lo que las hacía tan creíbles y divertidas para una niña de 13 años. Puede ser que, al ser los primeros que leí, los demás libros sobre aventuras de niños sólo me parecían burdas copias de los anteriores (aunque no se realmente cuál de ellos se escribió primero). Pero fuera lo que fuere, la serie de "Los Hollister" fue, es y será para mí, una de las mejores series juveniles escritas y la mejor de sagas de niños aventureros de la historia.
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