Un hijo con un dolor agudo no aceptado, posponiendo el momento de enfrentarse a él, escondido tras las sombras de una gran mujer. Una hija con una dura historia no superada que ha decidido sepultar su luz y montarse un muro en torno al alma, para enfrentarse al mundo donde le ha tocado quedarse a vivir. Otra hija rota por un momento fatídico del destino, empeñada en revivir un dolor no vencido.
Toda una familia desquebrajada intentando encontrarse a sí misma y perdida, muy perdida. Cada miembro por una causa particular y todos ellos por una situación común. Y... sobre todo... una madre, la MADRE. Esa personita de la familia que tira de todos y recoge los trocitos descompuestos de cada uno para, con mucho cariño y esmero, volver a reconstruir a cada uno de sus pequeños. Con una pequeña salvedad, esta madre es especial... muy especial. Si dijera que tiene un carácter inocente me quedaría muy corta, puesto que la inocencia en este personaje se funde con la personalidad hasta llegar a llenarla casi por completo.
Lo que más me gustó de esta obra de Alejandro Palomas es justamente el personaje principal. Ver como puede caerte tan bien un personaje, a la vez que te inspira lástima en algunos momentos a la par que admiración en otros. Una mujer más niña que mujer, con una bondad rozando la tontuna pero que al fin y al cabo no ha perdido ese sexto sentido de madre que la hace saber lo que pasa con sus hijos en todo momento y ayudarles a resolver sus problemas consigo mismos. A su vez no se trata de una madre todoterreno que supera todos los problemas siempre, sino de una persona humana con sus fragilidades y momentos de intertidumbre y duda. Esa fusión que mezcla la persona con la madre es la parte del personaje que le hace realmente especial.
He de decir que me pareció una novela un tanto lenta para leer (suerte que en tamaño no es muy grande) y me costó tiempo terminarla. Aún así, el fondo es bueno y la historia (a pesar de tomárselo con excesiva parsimonia para mi gusto) está muy lograda. Más que una novela para mí es una historieta que narra una noche de familia donde te desgrana cada uno de los personajes de la la mesa y donde sobre todo, aprendes a querer a esa madre y a vivir un sinfín de sentimientos encontrados. Porque si hay algo que esta novela sabe hacer bien, es hacerte pasar por una multitud de estados de ánimo.
Como ya digo, para mí, sin duda lo mejor, el personaje de la madre. Muy muy diferente a cualquier personaje que hubiera visto en ninguna otra novela. Me ha encantado. Lo peor, la lentitud de la novela.
PUNTUACIÓN:
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Quiero conocer a esa madre, pero si dices que la novela es lenta..., me lo pienso. Besos.
ResponderEliminara mi si que se me hizo un poco pesada la verdad... Pero en serio que el personaje de la madre es genial :) Ya me contarás si te lanzas. un besote!
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